1 coche = 42 bicicletas plegables
En ocasiones una imagen vale más que mil palabras y de eso precisamente trata esta entrada de hoy, de la imagen del espacio público. Como ya vimos en un artículo anterior, el departamento de planificación urbana de Münster puso en práctica una acción urbana con el fin de evaluar la ocupación y el impacto de los distintos medios de transporte urbano sobre el espacio público.
El resultado del experimento concluía que la ocupación del espacio público por parte de 72 personas era radicalmente distinta en función del tipo de transporte empleado, demostrando in situ que el automóvil es el medio que más espacio consume. Pero no es sólo una cuestión de movilidad.
El uso sistemático del automóvil en los desplazamientos urbanos e interurbanos genera servidumbres que condicionan la calidad ambiental y el paisaje urbano de la ciudad, aumentando la cuota de espacio dedicada al automóvil en detrimento de la del peatón.
En este sentido, la calle no es un espacio residual fruto del negativo de lo construido, sino el espacio donde se desarrollan las actividades económicas, los procesos de socialización y el punto de encuentro entre ciudadanos. Por tanto, la responsabilidad subsidiaria del aparcamiento de los vehículos privados no puede recaer siempre del lado del espacio público. Los usuarios de vehículos privados son quienes deben resolver el estacionamiento de sus vehículos, buscando alternativas o mecanismos que garanticen un reparto equitativo del espacio público para recuperar el protagonismo al peatón.
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Nota: Este artículo ha sido escrito con carácter divulgativo, así que estaré encantado de que lo compartas en cualquier otro medio siempre y cuando cites al autor y lugar de procedencia.
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